Conocido como la cuna de la Declaración de la Independencia y la Constitución de los Estados Unidos, el Salón de la Independencia es uno de los hitos históricos más reconocibles no solo de Filadelfia, sino que de toda la nación. Además de la concepción de los ya mencionados documentos revolucionarios, el salón también fue el punto de reunión del Segundo Congreso Continental y de la Convención Constitucional. El salón es la joya del Parque Histórico Nacional de la Independencia, de más de 18 hectáreas y hogar de unos 20 edificios históricos de renombre (muchos de ellos abiertos al público). La Campana de la Libertad se encuentra a poca distancia del Salón, si bien su hogar original fue el campanario del Salón de la Independencia. Cada 15 minutos inicia un nuevo recorrido guiado por el Salón. Visiten el sitio web para más información sobre el parque en general y el Salón de la Independencia en particular.

En 1751, William Penn pidió que la nueva campana para la Casa de Gobierno de Pensilvania llevase grabas las palabras "Proclama LIBERTAD en toda la tierra y para todos su habitantes". La campana tañó para llamar a todos los habitantes a la primera lectura de la Declaración de la Independencia y más tarde fue apodada "La Campana de la Libertad" por los abolicionistas, quienes la adoptaron como símbolo de la lucha por la libertad para todos los estadounidenses. Durante todo el día podrán participar de las charlas informativas sobre la historia de la campana; los horarios de atención del museo varían según la época del año.

El Museo de Arte de Filadelfia cuenta con más de 200 galerías repletas de tesoros que cubren todos los continentes y todas las culturas, y que llegan a las más de 400.000 obras de arte. El enorme edificio de piedra, soportado por unas majestuosas columnas de estilo dórico, se alza frente al Río Schuylkill. Suban los escalones que pasaron a la historia en las películas de "Rocky".

Fueron pocos los genios artísticos que lograron capturar la forma y la condición humana del modo que lo hizo Auguste Rodin. Contemplen la que posiblemente sea su mejor obra, "El Pensador", y mediten sobre su naturaleza introspectiva y las maravillas que son el pensamiento y la creación. "El Beso" y otras de sus esculturas notables, como su última obra "Las puertas del infierno", también son habitantes del museo. Al igual que el Rodin Musee de Francia, este museo de Filadelfia es considerado el poseedor de la colección más grandes de obras maestras de este gran talento artístico.

Las influencias góticas y neoclásicas dominan la fachada del Ayuntamiento. La estatua de William Penn que reside sobre la torre del reloj del Ayuntamiento sigue siendo uno de los puntos más reconocibles de la silueta de Filadelfia; hasta la década de 1980 existía un "acuerdo de caballeros" que establecía que ningún edificio sería más alto que el borde del sombrero de Penn. El Ayuntamiento es un telón de fondo magnífico para el sinfín de empresarios y turistas que recorren la intersección de las dos arterias principales de la ciudad, las calles Broad y Market. El recorrido guiado por el Ayuntamiento dura entre hora y media y dos horas.

El Museo Please Touch es una parada importante de todo itinerario. Ubicado en el Salón Memorial, está conformado por instalaciones caprichosas y divertidas, exhibiciones interactivas e ilusiones ópticas. Hagan música con los pies usando el famoso "Walking Piano" (un enorme piano ubicado directamente en el suelo que se toca pisando las teclas), conozcan a los personajes de "Alicia en el país de las maravillas", crucen los ríos de una selva tropical y manejen una máquina de vuelo. Participen de las distintas actividades y charlas especializadas sobre diversos temas, desde la historia hasta las ciencias, y aprendan al tiempo que se divierten. Pasen por el "Please Taste Café" y asistan a un espectáculo de títeres o de música folclórica en el teatro. El carrusel de madera es una atracción muy popular entre los más chicos, así como también lo es el Baile de Cuentos, que cada año muestra una temática distinta y en el que los personajes de sus historias favoritas cobran vida.

El Doctor Albert Coombs Barnes, un ciudadano de clase media de Filadelfia, estableció la funsación en 1922 con el fin de promover la apreciación de las bellas artes entre la gente común. Con el paso del tiempo, la Fundación Barnes logró compilar una de las colecciones más notables de cuadros franceses modernos y post impresionistas del mundo entero. La colección está compuesta por piezas de Renoir, Cezanne, Monet, Picasso y Rousseau. Solamente en una ocasión la colección abandonó la Fundación, y fueron pocas las piezas que conocieron otros museos. Para reservar entradas con anticipación es necesario comunicarse telefónicamente.

La penitenciaría fue un experimento social del siglo XIX que se basó en los principios cuáqueros. La regla principal era que los prisioneros se encontrarán absolutamente recluidos para que pudieran emplear su tiempo rezando, pensando y cumpliendo penitencia. De hecho, la soledad destruyó a muchos y finalmente la superpoblación impulsó una miseria que ya no buscaba ninguna clase de reforma. Finalmente, la prisión fue clausurada en la década de 1970. El grado de infamia que se vivió en la Penitenciaría Estatal Eastern hacía que Alcatraz fuera juego de niños. Algunos de los prisioneros que moraron entre estos muros fueron el criminal Al Capone y el ladrón de bancos Willie Horton. Aunque la prisión hoy está totalmente derruida, sentirán escalofríos cuando contemplen las celdas abovedadas y la rotonda central.

La Calle South de Filadelfia es el hogar de una de las mayores creaciones artísticas de la ciudad. Conocido como los Jardines Mágicos, esta obra del artista Isaiah Zagar cubre casi una cuadra entera y abarca todo lo que se ve, incluso los senderos y las paredes de los edificios. Esta obra en continuo crecimiento es una locura colorida que incorpora cerámicos, botellas, gomas y rayos de bicicleta, y todo lo que se les pueda ocurrir. Con semejante paisaje e instalación, el artista los llevará hasta su mundo y les permitirá echar un vistazo en su mente. No es algo para pasar por alto.

Regarded as one of the best Farmers' Markets not only in Philadelphia but in America, The Reading Terminal Market is a terrific place to sample all the culinary grandeur Philadelphia has to offer. Experience the traditional Philly cheesesteak, a custom-made deli sandwich, or an authentic Pennsylvania Dutch hearty home-cooked breakfast prepared by local Amish farmers. Apart from the prepared foods, Reading Terminal Market boasts of over 80 vendors, offering a wide range of local and exotic vegetables, fruits, fresh fish and other seafood, local meats, poultry and other products.