Un verdadero tesoro parisino, este restaurante de categoría internacional se encuentra dentro de la Torre Eiffel. Una cena en Le Jules Verne es una experiencia en sí misma. Los comensales son llevados hasta el restaurante en un elevador privado, y al entrar al salón serán recibidos por las vistas más imponentes que se pueden disfrutar desde el interior de este gran ícono de la ciudad. La comida disputa el protagonismo con la vista, y el menú ofrece delicias francesas contemporáneas acompañadas por una carta de vinos que solo incluye las mejores botellas francesas. Los menús fijos y las opciones especiales completan la experiencia y le aportan un toque especial a este tan querido establecimiento parisino.
Ladurée, un restaurante de gran categoría fundado en 1862 y ubicado en una de las avenidas más famosas del mundo, también cuenta con su propia panadería. Prueben los famosos Macarones (unas galletitas húmedas rellenas con mermeladas), una de las grandes especialidades del establecimiento, o deléitense con las ensaladas de vegetales crudos y cocidos, y acompáñenlas con la gran variedad de platos que se sirven para el almuerzo y la cena.
El 3er Arrondissement cuenta con un lounge de cócteles muy relajado y sencillo que sin dudas estimulará los sentidos. El ambiente acogedor fue pensado para grupos pequeños. Candelaria, que se especializa en la auténtica comida mexicana, ofrece varios imperdibles como los tacos con hongos, el queso fresco, las tostadas de cactus y las de pollo, y mucho más. Los cócteles son innovadores y únicos. Llamen por teléfono o visiten el sitio web para más información.
Sin ninguna duda, este café es uno de los más populares de París. Con su exquisito estilo Napoleón III, el café siempre fue uno de los favoritos de las celebridades y los turistas. Con una fachada decorada con plantas y una decoración rica en detalles y con toques de madera pulida que crean un ambiente que es parte elegancia y parte frescura. Pasen por a desayunar bien temprano o a cenar tarde ya que el café permanece abierto hasta entrada la medianoche. En invierno se puede cenar en la terraza de invierno con vista al Boulevard des Capucines, mientras que en verano, la terraza al aire libre se llena de gente con ganas de contemplar la Place de l'Opera. Cuando visiten París recuerden que este es uno de los destinos que no pueden dejar de conocer.
Un emblema histórico de París desde 1890, el café es uno de los favoritos de muchos grades escritores y artistas del siglo XIX. El filósofo francés Jean-Paul Sartre solía tomar un café y comer un croissant en la terraza del establecimiento. En la actualidad, pueden pasar y disfrutar de un bocadillo rápido o de unos postres exquisitos y una copa de champaña después de comprar hasta el cansancio en las boutiques lujosas de la zona. La clientela sofisticada que frecuenta el café de categoría garantiza que la reputación del establecimiento se mantenga bien alta.
Situada cerca de la Bastille, La Brasserie Bofinger está bellamente decorada al estilo de la Belle Epoquey exhibe un cielo raso de vitrales, cerámicas y espejos. Tanto celebridades como turistas y parisinos vienen a disfrutar de la variada cocina, que incluye choucroute garnie, langosta asada y magret de canard (pechuga de pato). Cuando visiten París, no pierdan la oportunidad de sentarse bajo este exótico techo de vitral y de ser atendidos en un ambiente sinigual.
Una comida en Le Cinq les dará una idea bastante clara de lo que es la buena cocina francesa. Con una decoración que se asemeja a la del salón comedor del palacio real (pisos alfombrados, candelabros elegantísimos, detalles ornamentados y mucho más), el restaurante está emplazado en el elegantísimo Four Seasons Hotel. Los clásicos tradicionales están hechos, acompañados y presentados con todo el encanto y la etiqueta que hace famosos a los franceses. El ambiente es extravagante y recibe una clientela de elite, a quienes recibe con la vista preciosa del jardín del hotel.
Les Papilles abrió en 2003 y ya se ha ganado el corazón de los más exigentes de París con su comida gourmet, sus vinos clásicos y su servicio atento. De día, es una delicatessen que ofrece una amplia variedad de platos locales condimentados con hierbas auténticas. Por la tarde, cuando están pensando en algo un poco más elaborado, Les Papilles ofrece un servicio muy completo. Como el restaurante solo sirve platillos frescos, las recetas son de estación y la pizarra menú siempre ofrece una lista de delicias exclusivas. A medida que el día va terminando, nada mejor que una copa de vino y buena compañía. De noche, exploren la bodega de Les Papilles, donde encontrarán las mejores cosechas, especialmente hechas a mano por los viñedos más famosos. Con solo una visita a Les Papilles experimentarán todo lo que hizo famosa a Francia.
Escapen del caos de la ciudad y emprendan un paseo culinario hacia Le Pré Catelan. Ubicado en Bois de Boulogne en una mansión de estilo Napoleón III, el restaurante y su aura los hara sentirse especiales. El chef Frederic Anton ganó varios premios al chef del año y fue galardonado con tres estrellas Michelin. Cuando se trata de cocinar, es muy creativo, pero solo utiliza ingredientes tradicionales de gran calidad. El menú incluye una gran variedad de mariscos y pescados condimentados con un mix delicado de sabores y especias. El "Velvet Swimming Crab", lujosamente servido con mermelada de coral y caviar francés, y acompañado por un plato de sopa de hinojo es la especialidad de la casa. También encontrarán otras delicias como Ris de Veau (pan dulce de ternera), Langoustine (langostinos gigantes) y Homard Breton (langosta).
Un verdadero tesoro parisino, este restaurante de categoría internacional se encuentra dentro de la Torre Eiffel. Una cena en Le Jules Verne es una experiencia en sí misma. Los comensales son llevados hasta el restaurante en un elevador privado, y al entrar al salón serán recibidos por las vistas más imponentes que se pueden disfrutar desde el interior de este gran ícono de la ciudad. La comida disputa el protagonismo con la vista, y el menú ofrece delicias francesas contemporáneas acompañadas por una carta de vinos que solo incluye las mejores botellas francesas. Los menús fijos y las opciones especiales completan la experiencia y le aportan un toque especial a este tan querido establecimiento parisino.
Un comedor glorioso del siglo XVIII en oro y rojo, resplandeciente con espejos y arañas de luces, da la bienvenida a los clientes que entran a Le Grand Véfour. En su ambiente palaciego, el chef Guy Martin despliega sus mágicas artes culinarias, mientras prepara esos platos característicos comoTourte d'Artichauts et Légumes Confits y algunas preparaciones divinas como los Ravioles de Foie Gras à l'émulsion de Crème Truffée. Con frexcuencia, se organizan almuerzos de negocios durante el día, pero a la noche el romance se apodera del salón. No se dejen intimidar por los nombres complicados del menú lo intimiden. Disfruten y dejen que los sabores perduren. Pero lo que quedará por más tiempo en su memoria es la experiencia maravilosa.
Este bar encantador ubicado en el Hôtel Meurice fue rediseñado por Philippe Starck en diciembre de 2007. El bar, que alcanza el equilibrio perfecto entre acogedor y chic, sirve más de 50 variedades de whiskeys y maltas, y más de 300 tragos que incluyen 17 creaciones originales como el cóctel Starcky y el 228. Bar 228 también ofrece un menú completo de especialidades francesas además de tapas y bocadillos.